El estrés se ha convertido en una palabra muy utilizada en las últimas décadas, pero ¿qué es el estrés? El estrés es una respuesta del cuerpo, tanto física como mental y emocionalmente cuando un individuo enfrenta situaciones con altas demandas ambientales que exceden su capacidad para enfrentarlas.
Una cantidad suficiente de estrés, tanto en frecuencia como en intensidad, es positiva. Llamamos a esto estrés eustrés, que se refiere a cuando un individuo alcanza un nivel óptimo de activación para realizar las actividades necesarias que encuentra a diario.
Cuando el estrés abruma o exagera al individuo, deja de ser productivo, lo que llamamos angustia.
La mayoría de los autores definen el estrés en otros dos tipos: episódico y crónico. El estrés episódico es más activo y adaptable porque ocurre por un tiempo, no se pospone a tiempo y termina después de resolver la situación que lo causa.
El estrés crónico ocurre cada vez con más frecuencia cuando los factores estresantes son mayores y no desaparece hasta que el individuo logra enfrentar la situación. Esto último puede causar sobrecarga emocional, disminución de la productividad, incertidumbre y conflictos en las relaciones interpersonales.
Más recientemente, dada la actual situación de pandemia, las personas se ven cada vez más afectadas por este tipo de estrés en el que el estresor permanece duradero y constante, lo que limita cada vez más las posibilidades de acción.
Es cierto que la personalidad es un aspecto que afecta la forma en que las personas experimentan estrés. Una persona comunicativa y proactiva, busca ayuda de otros y puede encontrar otros recursos para resolver problemas. Una persona introvertida y restrictiva lleva todo el peso de la situación y evita cuestionar o apoyarse en los demás.
Pero cualquiera puede aprender a regular el estrés o evitar que empeore, todo depende de cómo se maneje y cumpla. Para esto, hay algunas técnicas que se pueden dividir en cuatro aspectos:
Técnicas generales: está destinado a comer una dieta saludable que incluya ejercicio físico y descanso adecuado. También incluye establecer horarios, establecer metas realistas a corto plazo, tener tiempo libre y tener valores personales claros.
Técnicas cognitivas: están diseñadas para transformar el diálogo interno del individuo, cambiar la idea de exigir o devaluar, y mejorar la autoestima.
Técnicas fisiológicas: estas técnicas ayudan a controlar los síntomas físicos causados por el estrés. Se refieren a técnicas de respiración adecuadas, técnicas de relajación muscular y meditación o yoga.
Técnicas de comportamiento: el propósito de estas técnicas es crear un comportamiento adaptativo para la situación a resolver. Incluye comunicación asertiva con otros, expresión emocional y empatía. También se refiere a las capacidades de resolución de problemas donde es posible definir adecuadamente el problema, seleccionar una estrategia y sus posibles alternativas e implementar el plan de acción en la práctica. Otras técnicas incluyen gestión del tiempo y estrategias de delegación.
Si siente que el estrés está afectando su vida, no dude en contactar a un psicólogo para que lo guíe y lo ayude a resolver su situación.
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